Resiliencia

Ninguna herida es un destino.
 
Cyrulnik describe la resiliencia como el arte de metamorfosear el dolor para dotarle de sentido, la capacidad de sentirse feliz incluso con heridas en el alma.

Resiliencia es un término que se usa en el ámbito de la física para describir la resistencia de los materiales que se doblan sin romperse o pueden recuperar la situación o forma original. Puede definirse como la capacidad de todo ser humano no sólo de reponerse de las adversidades de la vida y de los traumas, sino incluso de crecer a partir de los mismos y salir transformado y fortalecido.

La resiliencia no es una capacidad biológica innata, sino que es construida por la interacción de la persona con su entorno; se hace especialmente visible después de una agresión traumática, que puede ser neurológica, afectiva o, la mayor parte de las veces, social y cultural. 

No hay un perfil de la persona resiliente. No podemos decir que alguien sea más resiliente que otro, pero podemos decir que cuando las condiciones que fomentan la resiliencia son numerosas, las probabilidades de desarrollarla son considerablemente mayores. Entre éstas se incluirían condiciones externas e internas de la persona como el apego, los vínculos y relaciones, la cultura o el significado que la persona le atribuye al trauma.

La historia explica el presente, pero no determina el futuro.

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